Hace mucho tiempo atrás ver jugar a la Selección Chilena no era un lujo, estábamos preocupados de por lo menos sacar un empate en las clasificatorias para cada mundial, con calculadora en mano estábamos pendientes de que como nos dejaba la derrota o quizás algún punto.
Nos lucíamos con los rivales más débiles por así decirlo, aunque dicen que en fútbol ningún equipo es débil o fácil de derrotar, para mi gusto sí, aspirábamos únicamente a derrotar a Perú, Bolivia, Venezuela y quizás Ecuador, aunque este último nos complicaba más que los anteriores a mi parecer.
Desde el 98 que no veíamos jugar y ganar bien a la Selección Chilena, donde bueno con todas las figuras que habían en ese entonces igual uno pensaba que sería fácil y también y gran mundial como por ejemplo con Marcelo Salas, Iván Zamorano, José Luis Sierra entre otros.
Desde ese año es que tuvimos que esperar para celebrar como el hincha Chileno se lo merecía, llenando todos los estadios donde jugaba “la roja” cantando con mucha fuerza el siempre emotivo himno nacional, era un hecho que el fútbol necesitaba una alegría para justificar todos los esfuerzos de los hinchas Chilenos.
Hasta que llegó, para mí, el salvador de la selección Chilena. No era de nuestra nacionalidad, era Argentino, muchos no se imaginaron ni tuvieron esperanza de que cambiaria el fútbol Chileno, un gran entrenador que con la selección Argentina, tuvo un buen mundial en Japón en el año 2002, donde al final quedó eliminado y fue despedido de la albiceleste.
Don Marcelo Bielsa es su nombre, uno de los entrenadores que sin duda está ya en la memoria y en el corazón de todos los Chilenos, nos dio alegrías, unas grandes clasificatorias quedando segundos nada más ni nada menos que de bajo de Brasil, con resultados espectaculares, por primeras vez por clasificatorias le ganamos a Argentina, ganamos en Venezuela, en Perú, etc.
Fueron muchas las cosas que este trasandino nos dejó en nuestra memoria, la idea de ver a Chile jugando hacia el arco rival los 90 minutos, sacándole el “jugo” a jugadores que nadie se iba a imaginar que irían a estar en la selección y menos de titulares indiscutidos. Cambió la mentalidad del Hincha que es algo que es muy difícil de hacer, convencer a la fanaticada.
Sin duda son muchas cosas las que a dejó este gran técnico, un gran legado en todo el fútbol Chileno y también en la mente y corazón de todos nosotros, cosas que se que echaremos de menos. Yo me volví a sentir un verdadero y orgulloso hincha de la selección de mi país, y por lo cual yo y la mayoría de la gente de este país, estaremos eternamente agradecidos y orgullosos de haber tenido como director técnico, al mejor de todos.
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